viernes, 8 de abril de 2016

La cruz (Christian Duquoc).. (El Cristo que he buscado)...

La cruz

(Christian Duquoc)


Jesús es procesado como consecuencia de su palabra, según Duquoc.
La cruz corre el peligro de ocultar quién es el crucificado. En ese sentido, se le da más importancia a la cruz y a la crucifixión, que al mismo crucificado. La crucifixión es producto de la historia de Jesús, en todo caso de nuestra historia en referencia a cada uno en su vida, y no un producto de Dios. La cruz no es una condenación divina.
Los evangelios no hablan de la cruz, sino del crucificado. Es importante renunciar a la cruz para fijarnos en el crucificado. Los evangelios son una interpretación teológica, y no son ni meditaciones ni reportajes. Los evangelios son una predicación (kerigma). La clave de esa interpretación es la debilidad de Jesús, que es de lo que se valen los judíos para denunciarlo, precisamente, porque los judíos están avergonzados de tener un mesías que no entra dentro de sus esperanzas.
El evangelista San Lucas expresa esa decepción en el detalle de los dos ladrones junto a Jesús, en el que uno de los malhechores confiesa indirectamente la mesianidad de Jesús. Expresa los sentimientos que la gente había tenido de Jesús: “¿No eres tú el Cristo? Pues sálvate a ti y a nosotros” (Lc. 23, 39). Y al no bajar, a pesar de todo los títulos que se le atribuirían (Mt. 27, 42), los jefes triunfan, a pesar de que no esperaban nada de él, y a pesar de que el pueblo lo había considerado mesías y lo había proclamado rey.
La misma Ley lo condena, según el Evangelio de San Juan 19,7, ya que, los judíos tenían una ley, y “según esa ley debe morir, porque se tiene por hijo de Dios”, ya que se le demuestra la falsedad de sus pretensiones mesiánicas. Es el triunfo de la ley sobre el mismo Jesús, ya que ha pisoteado la ley, y así queda intacta la ley en su aplicación. Y esa es la voluntad de Dios que se expresa en la ley.
Al no realizarse el milagro, Jesús, es un blasfemo. Mucho más en vías de la liberación del pueblo. La solución para Jesús era bajar de la cruz.

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