Jesús de Nazaret
El nombre “Jesús”, según los
historiadores, y según los últimos hallazgos (osarios), era un nombre muy común
entre los judíos que vivían en Palestina en los siglos I antes de Cristo y I
después de Cristo. En el caso del Jesús que aquí estamos tratando es el de
Nazaret, llamado con el sobrenombre “Cristo”,
o según las comunidades paulinas, en la forma mixta “Jesús, el Cristo”, o
simplemente “Jesucristo”.
El nombre “Jesús”, que se
le impone a este niño, según los evangelios de Mateo y Lucas, está determinado
por el de la salvación. Dice el ángel que anuncia la noticia, que “le pondrás por nombre Jesús, porque él
salvará a su pueblo de sus pecados” (Mt. 1,21; Lc 1,31; 1,69, 1,77; 2,11).
El nombre es objeto de una revelación divina y va más allá de toda visión
política, en su caso. No es al estilo David.
Belén es el lugar de
nacimiento (Mt. 1, 20; 2,6; Lc. 1,27; 1,32; 1,69; 2,4; 11). Estas
informaciones parecieran ser más una opción teológica de la comunidad
cristiana, más que una noticia estrictamente histórica, según todas las
investigaciones al respecto. En Belén tenía que nacer el Mesías, descendiente
de David. En clave teológica (cfr. Armand Puig, Jesús, una biografía).
La fecha de su
nacimiento es hacia el 750 desde la fundación de Roma, según los
estudios y cálculos de Dionisio el Exiguo (en el siglo VI, a petición del Papa
Juan I). Desde esa fecha comienza la era cristiana (Anno Domini, abreviado como
A. D.), que sería entre 7 y 4 años antes de Cristo, pues se considera que hubo
un error de cálculo en el cómputo del monje, ya que los historiadores
consideran que es hacia el 753-4 que se funda Roma (existe una imprecisión al
respecto). Si se tiene en cuenta el dato de la aparición de la estrella que da
el Evangelio de San Mateo (todo el capítulo 2), puede relacionarse con algunos
datos astronómicos sucedidos entre el año 7 y 5 antes de Cristo (la aparición
de una nova, o la conjunción de Júpiter y Saturno en las constelación de
Piscis, etc.…), como la convergencia de todos esos datos históricos registrados
en astronomía, identificado como “la nova con estrella Do Aquilae. En todo
caso, el tema de la estrella incluye un aspecto literario totalmente judío,
según el libro de Números 24, 17: “Un rey
se levantará en Jacob, y el Mesías será ungido en Israel”. No hay datos,
sin embargo, para precisar la fecha exacta del nacimiento de Jesús (de
Nazaret). Todos los cálculos astronómicos, que son fundamentales y básicos,
como de los cómputos de los calendarios antiguos, llevan solamente a hacer
conjeturas, y no hay certezas al respecto. En cuanto a la celebración del 25 de
diciembre (o fiesta de la
Navidad ), es una fiesta cristiana que se instaura en el siglo
primeroV, en tiempos de Constantino. Es una fecha que tiene relación con el
solsticio (días del año en que el sol alcanza su máxima posición meridional, el
20 ó 21 de junio, como solsticio de verano; y el 22 ó 23 de diciembre de cada
año, como el solsticio de invierno) de invierno y la fiesta del Sol invicto, y
representa el inicio de la caída de la religión grecorromana y la aparición,
como oficial en todo el Imperio, de la religión cristiana. No tiene nada que
ver con exactitud de fechas cronológicas. Por otro lado, la fiesta cristiana
vincula igualmente la figura del sol y de la luz que crece con Jesucristo, “luz de lo alto” (Lc. 1, 78) y, por
tanto, el único que merece ser adorado como “Dios de Dios y Luz de Luz”, según el Credo
niceno-constantinopolitano. Celebración litúrgica con gran contenido teológico,
para indicar, igualmente, que el nuevo año que comienza está marcado por la
luz, que es Cristo, el nuevo Sol que ilumina la historia de la humanidad.
En cuanto a la fecha del nacimiento de Jesús de Nazaret, recuerdo, que
cuando en clase de historia de la
Iglesia , se tocó el tema, el grupo de alumnos de entonces,
nos hicimos un saco de confusiones. El profesor iba explicando, según el texto
de la colección de Historia de la Iglesia , de la Biblioteca de Autores
cristianos (B.A.C.). No se pudo evitar el montón de preguntas al respecto. Se
giraba hacia un lado y hacia el otro en las inquietudes, y el profesor iba
saliendo al paso, según sus conocimientos. Colocó lo que se ha dicho
anteriormente de la fundación de Roma, como referencia histórica. Y dale, que
si adelante, y que si hacia atrás. Volvía a explicar. Que si el año 750, que si
el año 748… y patatín y patatá… En una de esas, salió con una salida típica uno
de los alumnos, y alegó que lo importante era que Jesús había nacido. Que lo
más importante era la fe sobre Jesús, y que eso de la fecha de manera exacta,
no era tan importante. El profesor, un agustino recoleto, difirió del alumno y
dijo que si era muy importante. Y la clase continuó ese día.
A las dos semanas había evaluación de la materia Historia de la Iglesia. La
calificación era acumulativa. La primera pregunta del examen era, precisamente,
sobre el año del nacimiento de Cristo y los datos de Dionisio el Exiguo. Todos
los demás alumnos miraron instintivamente al compañero y soltaron la carcajada.
El alumno, a pesar de haber estudiado y repasado la materia en este punto, no
comprendía ni asimilaba esos datos y fechas tan importantes para el
cristianismo y de historia de la Iglesia. Todavía su memoria no da para eso de 750
de la fundación de Roma… y el error de cálculo de Dionisio, que era de 4 o 5
años, para dar que Jesús nació antes o después de la fecha que el historiador y
matemático había fijado… y que, desde entonces, es el cálculo de inicio del
calendario cristiano, para marcar un hito en la historia; es decir, de “antes
de Cristo”, y de “después de Cristo”.
Nazaret es el
lugar donde Jesús creció y vivió hasta la edad de treinta años.
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